sábado, 17 de enero de 2009

Maestro" - ¿dónde vives?"

TEXTO

Jn 1,35-42

35 Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. 36 Fijándose en Jesús que pasaba, dice: "He ahí el Cordero de Dios." 37 Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús.
38 Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: "¿Qué buscáis?" Ellos le respondieron: "Rabbí - que quiere decir, "Maestro" - ¿dónde vives?" 39 Les respondió: "Venid y lo veréis." Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Era más o menos la hora décima.
40 Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús. 41 Este se encuentra primeramente con su hermano Simón y le dice: "Hemos encontrado al Mesías" - que quiere decir, Cristo.
42 Y le llevó donde Jesús. Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas" - que quiere decir, "Piedra".


REFLEXIÓN.
Versículos 35-37. 35 Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. 36 Fijándose en Jesús que pasaba, dice: "He ahí el Cordero de Dios." 37 Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús.

Juan hace una declaración mesiánica de Jesús, los discípulos la oyen, comprenden la calidad de la declaración y su identificación con Jesús y lo siguen. Era raro en la época de Jesús, que se recomendara a los discípulos que fueran tras un maestro más grande, ya que esto requería humildad y confianza en la superioridad del otro maestro, eso es lo que hace Juan, ver en Jesús un maestro cuyas enseñanzas trascienden las suyas.

“He ahí el cordero de Dios”, no es fácil definir el sentido exacto de la declaración de Juan el Bautista, porque la palabra “IMAR” designa el cordero o el discurso (palabra), entonces no sería errado pensar que Jesús es ciertamente el cordero de Dios pero también su palabra hecha carne.

Versículos 38-39. Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: "¿Qué buscáis?" Ellos le respondieron: "Rabbí - que quiere decir, "Maestro" - ¿dónde vives?" 39 Les respondió: "Venid y lo veréis." Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Era más o menos la hora décima.

La primera palabra que pronuncia Jesús en el evangelio de es la presenta el versículo 38: ¿Qué buscáis? Para comenzar a leer este evangelio se tiene que llevar esta pregunta en el pensamieno.

Esta pregunta sorprende a los discípulos, en la que ellos mismo no responde ya que no buscan doctrinas o principios filosóficos, la respuesta es otra pregunta Maestro ¿dónde vives?, este momento que parece tenso concluye con una invitación, con una acogida: “venid y veréis”; y más cuando ya estaba cerca la noche. Concluye el texto afirmando que “que se quedaron con él aquel día” pasaron la noche junto a Jesús. La hora décima, que son más o menos las cuatro de la tarde, prácticamente indica que el día está terminando. Puede decirse que no fue un día más para la vida de aquellos pescadores, fue tan mercante ese momento que aun el evangelista lo recuerda. Ahora bien ¿Dónde vivía Jesús? Jesús no les da ninguna dirección; No había casa, posiblemente fue a la orilla del lago, la noche fue entorno a un fuego, de seguro Jesús les hablo de su proyecto

Versículos 40-42. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús. 41 Este se encuentra primeramente con su hermano Simón y le dice: "Hemos encontrado al Mesías" - que quiere decir, Cristo. 42 Y le llevó donde Jesús. Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas" - que quiere decir, "Piedra".

Esta ultima parte del texto que reflexionamos, nos ofrece la identificación de uno de los discípulos, se trata de Andrés – que significa el varonil-, quien hace partícipe de su experiencia a su hermano Simón. El entusiasmo de Andrés es incontenible, y le habla de Jesús como Mesías, unas horas durante la noche de trato directo con Jesús han bastado. Andrés es la figura de la persona que está abierto a la novedad, es un hombre interesado en la esperanza.

“Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: "Tú eres Simón…” En el encuentro de Pedro con Jesús, la mirada es clave ya que en reiteradas ocasiones el evangelista indicara la mirada de Jesús para Pedro, pero concretamente esta primera mirada es profunda, sincera y llena de amistad, tanto así que de buenas a primera Jesús le cambia el nombre o le da un apodo llamándolo Cefas (Piedra). Con este cambio de nombre, Pedro pudo entender que no solo había encontrado la anhelada esperanza de Israel, sino que también una familia que le acogía. El encuentro fue impactante, tanto así que Pedro no pronuncia palabra ni le pregunta nada, en su silencio Pedro mantiene sus convicciones cerradas y no está dispuesto a dejarla tan fácilmente, incluso su testarudez estará presente en el texto del evangelio.

Jesús se impone desde un principio a Pedro, conoce su nombre propio, sabe que quien su padre. Con el nuevo nombre estará unido a su misión. El cambio de nombre en el antiguo testamento marca siempre el principio de una vocación especial por ejemplo Jacob es llamado Israel (Gn 32,28), Abram se le llama Abraham (Gn 17,5).

Actualmente estimado lector ¿Quiénes son los testigos de la verdad y a los podemos señalar como los imar (cordero y palabra de Dios viviente) de nuestro siglo? Por lo general ¿cómo terminan tus día? ¿Qué encuentras en ellos? ¿Que buscas en tu vida? Tuya es la palabra.

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EL RUIDO DE LA PALABRA

Toda reflexión es producto de la sonoridad de la palabra