jueves, 17 de septiembre de 2009

"¿De qué discuten por el camino?"

Texto Mc 9,30-37
30 Y saliendo de allí, iban caminando por Galilea; él no quería que se supiera, 31 porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: "El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará."

32 Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle. 33 Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba: "¿De qué discutíais por el camino?" 34 Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor.

35 Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: "Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos."

36 Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: 37 "El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado.”


REFLEXIÓN

30 Y saliendo de allí, iban caminando por Galilea; él no quería que se supiera, 31 porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: "El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará." 32Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle.

Mientras van de camino Jesús tiene un profundo interese en sus discípulos, tanto así que la instrucción es en privado.

Los discípulos no terminan de entender el camino del autentico mesías, a pesar de que el tema ya había sido abordado (cf. Mc 8,27-35). El mismo evangelista deja en claro en el versículo 32 la resistencia a entender el destino del Hijo del Hombre.

En el versículo 31, Jesús hace una ampliación con respeto a los agentes homicida del hijo del hombre, es decir en Mc 8, 31 los homicidas son las autoridades (Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días.), ahora son todos los hombres (El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán…), ya no se reduce a una clase, sino que involucra a todos.

Jesús no busca en ningún momento desanimar a sus discípulos al insistir tanto sobre el tema de la muerte; en fondo busca dar calma a la angustia, al miedo y resistencia de sus discípulos, dándoles a entender que la muerte no es amenaza ni fracaso porque “a los tres días de haber muerto resucitara”

El tener miedo a preguntar es porque las expectativas de un triunfo real del mesías no se corresponden a una vida después de la muerte.

33 Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba: "¿De qué discutíais por el camino?" 34 Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor.

La casa en Cafarnaúm no es solo lugar de descanso, sino que también es lugar de sinceridad, ya que las palabras de Jesús no se correspondían con las ambiciones del grupo que van en una dirección totalmente opuesta. Jesús habla del triunfo del Dios de la vida sobre la muerte, ellos del triunfo del hombre sobre el hombre que genera más muerte, al creerse el mayor de todos.

35 Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: "Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos."

El gesto de sentarse indica un lugar estable para la palabra del maestro, que serán la máxima que debe seguir el autentico discípulo: "Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos." Tengamos muy en cuenta, que cuando ha ocurrido una auténtica negación de sí mismo y se toma la cruz para ganar la vida, el signo externo del discipulado es el servicio a todos haciéndose el último. El último no tiene proyecto triunfalista, el último no piensa de manera jerárquica sino circular, el último ve primero al prójimo, el último siempre estará detrás del maestro y nunca intenta ocupar su puesto, el último…….. (Complete usted).

36 Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: 37 "El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado.”

Es muy llamativo que el niño estaba junto a él, a su lado, Jesús no lo llama. El niño es modelo para los discípulos. Los niños no tenían influencia en la sociedad y dependían de sus padres. Desde lo más profundo de su ser, Jesús invita a sus discípulos a no depender de sus proyecto reformadores para sus pueblo, sino que busquen depender de aquel que lo ha enviado, y así podrán ser presencia de Jesús y del Padre.

En rigor, con los vv 35-37 Jesús propone una comunidad alternativa, que está al margen del prestigio, el poder y la verdad absoluta. Nuestra historia humana, nos ha dicho siempre que el tener el poder generan el prestigio de ser el primero, y por tanto creerse portador de una verdad absoluta y libertaria. Las palabras de Jesús van en sentido contrario, y por eso trastocan los esquemas de las sociedades. La norma es clara: "Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos.", pero también es desconcertante.

Ojo, cuidado que esta norma no debe en ningún momento confundirse con aquellos de ser “servidores del pueblo” ya que ese es lema de políticos y politiqueros, porque el servicio para un político es rentabilidad sea de votos u otra cosa (no niego que pueden haber sus excepciones, pero son muy, muy, muy raras). El servicio discipular carece de rentabilidad, el servicio discipular es entrega incondicional y desinteresada.

Estimado (a) lector (a), cuando vivimos esta norma del discipulado hacemos que este mundo sea para el más pequeño su casa, esto dependerá de lo que hemos discutimos por el camino de nuestra vida y de nuestra historia. Nunca olvide lo que usted es ahora es gracia a otros que han pasado por tu vida haciéndose los últimos. Cuídense nos encontraremos mientras vamos de camino.

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EL RUIDO DE LA PALABRA

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