viernes, 25 de septiembre de 2009

NO HAY NADIE QUE OBRE UN MILAGRO INVOCANDO MI NOMBRE Y QUE LUEGO SEA CAPAZ DE HABLAR MAL DE MÍ

Texto: Mc 9,38-43.45.47-4

38 Juan le dijo: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros."

39 Pero Jesús dijo: "No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. 40 Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros." 41 "Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa." 42 "Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar. 43 Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga. 45 Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna. 47 Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, 48 donde su gusano no muere y el fuego no se apaga.


Reflexión.
38 Juan le dijo: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros."

En reflexiones pasadas recuerden que era Pedro quien habla en nombre de casi todo el grupo, en esta ocasión es Juan. Con esta actitud Juan da entender que la misión debe dar según los parámetros y tradiciones del judaísmo, por tanto quien no esté dentro de los mismos – según Juan – no puede ser discípulo. El criterio de Juan es totalmente excluyente y cerrado. Esta actitud sectaria es muy común en el judaísmo antiguo.

39 Pero Jesús dijo: "No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. 40 Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros." 41 "Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa." 42 "Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar. 43 Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga. 45 Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna. 47 Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, 48 donde su gusano no muere y el fuego no se apaga.

La intervención de Jesús es clara y aclara. En el v 39 Jesús no está nada de acuerdo con lo que plantea Juan. El discípulo auténtico de Jesús tiene una adhesión estable, y es más que un aliado, es un amigo. La intimidad discipular con el maestro posibilita el ejercer la autoridad del maestro; eso sí sin ocupar el lugar del mismo.

El recibir una recompensa (cf v40) no es solo por acoger al maestro, sino a todos aquellos discípulos que representan al maestro.

El v42 es un aviso o advertencia de Jesús no solo a los discípulos sino también a la comunidad. Este aviso quiere indicar que el ser servidos antes de servir, el ponerse por encima de los demás, buscar el honor ante que enaltecer al más pequeños, etc… pone en serios peligro el discipulado.

Los Vvs 43-48, son imágenes un poco fuerte, pero que en el fondo vienen a recordarnos que en la vida del discípulo debe haber opciones dolorosas en las que se juegan el éxito y el fracaso, la vida o la muerte… para que pueda existir una fidelidad al mensaje por el Reino de Dios. Con el verbo cortar Jesús exige una opción radical – no fundamentalista- que extirpe todo lo que se oponga al mensaje del Reino.

La imagen del gusano y el fuego (Cf Is. 66,24), indican una destrucción total del hombre o mujer que no sea capaza de asumir un discipulado auténtico desde opciones contundentes.

En definitiva en la intolerancia no tiene cavidad en la vida del discípulo, porque manipular la vida de la comunidad o de una persona -según el criterio de Juan-, comporta una actitud que es totalmente ajena a la comunidad y al discípulo. En rigor, todo cristiano que vea y encuentre que otros -no católicos o cristiano - luchan por cambiar este mundo y lo hacen desde valores auténticos del Reino de Dios, deben valorar y trabajar con todas estas personas que hacen el bien aunque no sean de la comunidad, porque “el que no está contra nosotros, está por nosotros”.

Estimado lector (a), pienso que como posible síntesis de este texto que hemos abordado, Jesús nos pide que ampliemos horizontes y derribemos barreras, es decir que fuera del minúsculo mundo en el que a veces vivimos, existen otras personas que de verdad trabajan por la vida arriesgando su vida. Estas personas que pueden ser catalogadas como discípulos de Jesús o discípulos anónimos, solo tienen como credencial la esperanza, y quizás por eso son tremendamente soñadoras y su mirar siempre está más allá de la deteriorada historia que vivimos.

Nos encontramos….. chauuuuuuuu

No hay comentarios:

EL RUIDO DE LA PALABRA

Toda reflexión es producto de la sonoridad de la palabra