sábado, 31 de mayo de 2014

YO ESTARE CON USTEDES CADA DIA HASTA EL FIN DEL MUNDO

Texto Mt. 28,16-20.

El evangelio de Mateo concluye con el envío de los discípulos por parte de Jesús. El encuentro tienen lugar en el punto de partida de la misión de Jesús: en Galilea. La convocatoria surge de Jesús, él es quien hace posible el encuentro, es una sola llamada para los once, ahora la invitación de ser “pescadores de hombres” debe hacerse realidad. Los once asumirán la misión y el itinerario más allá de las fronteras de la tierra prometida. Cada uno de ellos y ellas serán la continuación y participación de la misión de Jesús y deberán llevar la misión a plenitud y universalidad, tendrán que mover el limite de las fronteras.

Mateo hermosamente recuerda que esta misión del discípulo esta tejida de fe y dudas, claridad y desconcierto, firmeza y vacilación.  Pero en el fondo esta clara: hacer discípulos. Y la condición para permanecer en este discipulado es a través del bautismo y la enseñanza. El discípulo permanece como discípulo ya que enseña solo lo que Jesús ha mandado: amar, servir y perdonar.

Cuando Jesús ordena en nombre de quien se bautiza y se enseña: del padre, del hijo y del Espíritu Santo; nos recuerda  que Dios es solo amor, que es amor comunicado en el Hijo y que su gloria en el Espíritu es solo amar.

Por último la promesa: “yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo…” Esta promesa hace que el resucitado no se vaya, sino que permanezca y así los discípulos vuelven al principio, y se convierten en oyentes de la palabra resucitada y en signos del resucitado con sus propias vidas.

La claridad de la misión y la promesa de la presencia del resucitado, evitara que el alma de los once llegue ha opacarse con proyectos mezquinos e ideologías absolutizante que rayan en el endiosamiento de quien las proponga, y para nosotros una certeza de fe de que no estamos solos y perdidos en la historia de nuestras vidas y que hemos seguir fortaleciendo la espera  a pesar de las decepciones, engaños y desalientos. YO ESTARE CON USTEDES HASTA EL FIN DEL MUNDO. Amen mi Señor.

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EL RUIDO DE LA PALABRA

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