Resumen: el
primero de los signos nos muestra una revelación sobre Jesús que estamos
invitados a descubrir para creer en ella. Los tiempos mesiánicos han llegado.
La referencia
a “Caná de Galilea” en el relato constituye el comienzo de
los signos (sêmeia) de los nuevos tiempos. ¿cuál es el signo (sêmeia)
que da Jesús en Caná? El evangelista nos dice que signo es algo “de Cristo para
nosotros”, para nuestra fe. Es decir: el signo “del pan de vida” nos dice que
debemos recibir a Jesús, que es el que alimenta nuestra vida (6,26-27); el
signo del ciego nos dice que Jesús es el que ilumina nuestra vida y al mundo
entero (9,5); el signo de Lázaro nos dice que Jesús da vida eterna al creyente
(11,25-26). Sin duda que la respuesta de fe a este signo es el paso siguiente
que Juan nos invita a dar (“manifestó su gloria y creyeron en él sus
discípulos” v.11).
Podemos decir
que la conversión del agua que llenaron “hasta el borde” las seis tinajas de
piedra que eran que puede decirse de entre 90 y 135 litros aproximadamente. Sin
duda se trata de una cantidad enorme de agua. La abundancia mesiánica está
patente. A esto se ha
de señalar que el banquete es imagen también de los tiempos mesiánicos (Is
25,6-8; Jl 4,18), particularmente una alianza matrimonial (Is 61,10; 62,4; Os
2,16-25). Esto nos
permite notar el signo: con Jesús llegan – en él – los tiempos mesiánicos en
los que disfrutaremos plenamente de los dones de Dios.
El texto
señala otros elementos que integran este signo de los dones y abundancia de
Dios
- La madre se dirige a Jesús constatando simplemente la carencia.
- Jesús se dirige – extrañamente – a su madre como “mujer”, y le acota literalmente “qué a mí y a ti” con lo que establece distancia con su interlocutora (qué tengo que ver yo contigo).
- La frase de la madre (en Juan no se hace mención a su nombre) a los sirvientes es semejante a la que el Faraón dice a su pueblo con respecto a José: “hagan todo lo que él les diga”, cf. Gen 41,55. Es una frase indicadora de una confianza ilimitada, y en el texto puede entenderse como propia de un discípulo.
- La referencia al “vino mejor” es el primer signo en él se manifiesta la gloria y los discípulos creen.
Después de
esta boda Jesús se manifiesta a los suyos en “signos”. Es decir, en hechos en
los cuales los destinatarios y lectores estamos invitados a ir “más allá” de
los limites. Cuando esto se logra, se descubre allí “escondida” la “gloria”
(doxa) de Jesús. Y esto conduce a creer. En cambio, al llegar “la hora de dejar
este mundo” en la Pascua Jesús manifiesta su gloria y gloria de Dios (cf.
13,31) una por signos y la otra en la manifestación clara del amor extremo de
Jesús.
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