Mt. 22, 1-14.
REFLEXION.
En las parábolas que anteriormente el evangelista mateo nos
transmite, Jesús se dirige a los Sumos Sacerdotes y Ancianos de Israel, ahora
los oyentes son tanto los sumos sacerdotes , los ancianos, los discípulos y el
pueblo. Los oyentes es todo Israel. Por
ende hoy los oyentes somos todos nosotros: pobre, ricos, cristianos, no cristianos,
etc. La
parábola es un reto abierto, y es que el Reino de Dios exige cambio.
Profundicemos.
Esta parábola sigue recogiendo la imagen de la fiesta de
bodas (cf. 25,1-13) para ayudar a tomar conciencia de quien son los que de
verdad se salvan. El tema la salvación era muy discutido y temido en la época
de Jesús.
La parábola contra pone la fiesta (alegría, encuentro, paz,
dialogo…) al trabajo. El papel de los siervos (que son los cercanos al rey, los
que administran, los que preparan, más aun tenían condición muy superior que
las personas libres, y por ser mensajeros representan la persona que los envía), es convocar; la invitación lleva viso de una
gran pascua: "Mirad, mi banquete está
preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a
punto; venid a la boda.”, es una fiesta por todo lo alto, y no se ha
escatimado esfuerzo alguno. Las victimas (novillos y animales cebados) destinadas a los sacrificios del templo, ahora son para una boda. La
alianza de Dios con su pueblo está
planteada en términos de esponsales (Boda). El profeta Malaquías presenta así
la alianza. La Alianza como bodas es la espina dorsal de las relaciones entre
Dios y su pueblo. Los tiempos mesiánicos (que son presencia de Dios como la
ofrece el libro del Génesis) y los
tiempos del libro de la Apocalipsis culminan en boda (cf. Ap. 22,17).
Las escenas de la parábola son profundamente llamativas:
Se hace llamativos que ante la invitación surgen situaciones
que por lo general podían ser atendidas por los siervos de los ricos de la
época. Por ejemplo el V5 (Pero ellos, sin
hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio) donde los
negocios y el campos podían ser asumidos por los administradores o siervos.
Otro aspecto es que no había razón para golpear o asesinar a
los “siervos anunciadores”, de ahí que nos hagamos una pregunta ¿qué motivos
tenían para golpear y asesinar a los siervos?, podemos especular mucho, pero la
verdad es que la intensión de la parábola no es la imaginación, sino que es sostener la denuncia hacia los autoridades del pueblo y
un profundo llamado de atención del mismo pueblo. Seguidamente en el V7 sale la
respuesta ante la situación. En primer momento diera la impresión que es
respuesta a la pregunta que Jesús hace el Mt 21,39 (Cuando venga, pues, el dueño de la viña,
¿qué hará con aquellos labradores?).
En segundo momento la respuesta con la agresión es justa (no con ello nos
decantamos a favor de la violencia ¡jamás!), digamos que más bien devuelve
aquello que le hicieron a los siervos (cf. Mt 22,6), en la parábola anterior la
actitud del rey no se pensaba jamás que podría ser de esta magnitud. Por otro
lado para completar un poco este panal de ideas, muchos dicen que es una alusión a la
destrucción del templo de Jerusalén. Bueno esto es discutible, no es el momento
de la misma.
Continúan los elementos llamativos, y es que después de
haber hecho “justicia” se da una nueva orden (V9) Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis,
invitadlos a la boda. Los invitados de la alta sociedad son sustituidos por
los pobres. Preguntémonos: ¿Qué tipos de
personas se encuentran en los cruces de caminos? Primero es gente
desconocida y en su mayor parte en la época de Jesús eran viajeros, ladrones,
comerciantes, extranjeros. Claro gente no muy bien vista aunque fueran malos o
buenos (v10), y que de alguna manera no inspira confianza. Gente de abajo.
Preguntémonos ¿Qué tipo de gente nos
conseguimos es una terminal de buses, parada, metro? Es una palabra estos
invitados son personas que están en movimiento.
Siguen los talantes llamativos de la parábola, y es cuando
el rey hace acto de presencia, y no es que los invitados quieran verlo es él
que quiere verlos (V11. Entró el rey a
ver a los comensales). Seguidamente alguien sobresale en la fiesta por su
mal vestido ¿qué más se podría esperar
de alguien que viene de un cruce de camino? Esta persona es llamada amigo
(en griego seria etaire), indicando así intimidad y reprimenda (Cf. Mt 20,13;
26,50), ya que era una boda y la misma duraría. Digamos que los tiempos de Dios
son especialmente eternos, y por estar de harapos sin traje de fiesta es
mirar un pasado al que nunca se quiere dejar,
y muchas veces esos mismos harapos nos quitan el deseo del disfrute ante las
fiestas de la vida, y difícilmente disfrutar de la compañía de Dios.
Se formula una pregunta en la parábola y la misma no se
responde: ¿cómo has entrado aquí sin
traje de boda? Es cuestionante la
pregunta: ¿cómo queremos la salvación sin cambiar el traje de la vida?, ¿cómo vivir
el bautismo, si muchas de las actitudes no son cónsonas con la ética cristiana?
¿Cómo ser libres del pasado cuando la amargura del odio sigue marcando pauta de
vida? ¿Cómo proclamar la justicia y luchar contra la violencia y si montones de
veces el silencio es aprobación de la misma? Entonces ese quedarse callado
traerá sus consecuencias en la vida de aquel invitado, dicho sea de paso, no
tiene nombre porque puede ser Usted estimado lector, que con sus silencios
omisivos traigan consecuencias serias a su vida y para los demás.
En la boda todos eran tratados como señores libres, no se
puede admitir que uno, solo uno, sienta que sigue siendo un esclavos, de ahí
que la medida tomada es muy y extremadamente llamativa: "Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera”
Ya el solo hecho de estar atado de pies y manos es signo expreso que es un
esclavo con sus harapos. ¿Es motivo de lástima? NO – JAMAS. Este juicio expresado en la medida tomada por
el rey, pone de manifiesto que el juicio de Dios ya no se aplica solo a Israel
sino también a todo hombre.
Por ultimo ¿Por qué esta parábola tan fuerte, llamativa y
desconcertante? Cuando ya no se hace posible el hablar e imposible un dialogo
abierto y sereno con los Sumos Sacerdotes y los ancianos, Jesús recurre al
lenguaje de las parábolas para restaurar
una visión sana de la realidad, y abrir la posibilidad a un nuevo mundo que
nace de Dios. Téngase presente que las
parábolas tienen una estructura propia: 1) Son tomadas de la vida cotidiana, 2)
Los personajes son anónimos, 3) El número de los personajes se limitan a lo
esencial, 4) Los personajes principales dos o tres. 5) Tienen siempre una
progresión en las escenas. Esto es bueno saberlo para que nuestra parábola no
se olvide y la podamos llevar a la tradición oral de la evangelización.
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