domingo, 27 de septiembre de 2015

El que no está contra nosotros está a nuestro favor (Mc 9,38-50).

Quizás en la época de Jesús su nombre fue utilizado por algún taumaturgo, curandero o exorcista. Los discípulos informan de un hecho que les ha molestado mucho, se siente en la obligación de impedirlo ya que es una usurpación, esto genera en ellos una actitud intransigente y sectaria. Se consideran los dueños del proyecto del Reino de Dios cayendo en la tentación del monopolio y el exclusivismo.
La actitud celosa de los discípulos no los lleva pensar en la alegría de los que son curados con aquella persona que no tiene los credenciales que le permita hacer liberaciones, porque se interesan más es el prestigio del grupo. El grupo se presenta de manera egoísta y mezquina; esta situación también la podemos vivir o estar viviendo nosotros el creernos poseedores de la verdad.
Jesús el sale al paso a esta situación de sectarismo e intolerancia, y defiende es el bien que se está haciendo sea de quien sea y la salvación de Dios que llegue a todos. Por consiguiente la vida cristiana hoy debe valorar el trabajo que hacen otros que no son cristianos y luchan por un mundo más justo y más humano.

Jesús va más allá de un simple hacer milagro, es también de la ocupación del necesitado en este caso del sediento y el pequeño – el humilde, el sencillo- No utiliza la palabra pecado sino escandalo – en griego seria skandalon-  que significa piedra de caída, es decir afectar de manera negativa la vida del otro (desvalorización de la vida, deterioro de los valores).

Jesús expresa de manera drástica que el Reino de Dios exige radicalidad y no se puede andar a medias tintas, por eso usa las metáforas expresiva y radicales de cortar (manos y pie) y sacar (ojos). Se indica de esta manera que las manos, los pies y los ojos están para construir un mundo nuevo y no para hacer lo contrario. La mano que simboliza el trabajo y  la acogida con ellas hemos de bendecir y curar. Los pies que simbolizan el caminar y el servicio deben de llevarnos a los más necesitados. Los ojos que simbolizan las búsqueda de nuestras aspiraciones debe expresan el amor y la ternura.

Finalmente que seamos gente con sal – que tengamos duración y valor- que haga agradable la vida del sencillo y el pequeño. Debemos de asegurar nuestra fidelidad a Jesucristo para poder abrir caminos en el mundo.

¡Hasta pronto mis amigos y amigas online!


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EL RUIDO DE LA PALABRA

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