Quizás en la época de Jesús su
nombre fue utilizado por algún taumaturgo, curandero o exorcista. Los discípulos
informan de un hecho que les ha molestado mucho, se siente en la obligación de
impedirlo ya que es una usurpación, esto genera en ellos una actitud intransigente
y sectaria. Se consideran los dueños del proyecto del Reino de Dios cayendo en
la tentación del monopolio y el exclusivismo.
La actitud celosa de los discípulos
no los lleva pensar en la alegría de los que son curados con aquella persona que
no tiene los credenciales que le permita hacer liberaciones, porque se
interesan más es el prestigio del grupo. El grupo se presenta de manera egoísta
y mezquina; esta situación también la podemos vivir o estar viviendo nosotros
el creernos poseedores de la verdad.
Jesús el sale al paso a esta situación
de sectarismo e intolerancia, y defiende es el bien que se está haciendo sea de
quien sea y la salvación de Dios que llegue a todos. Por consiguiente la vida
cristiana hoy debe valorar el trabajo que hacen otros que no son cristianos y
luchan por un mundo más justo y más humano.
Jesús va más allá de un simple
hacer milagro, es también de la ocupación del necesitado en este caso del
sediento y el pequeño – el humilde, el sencillo- No utiliza la palabra pecado
sino escandalo – en griego seria skandalon-
que significa piedra de caída, es decir afectar de manera negativa la
vida del otro (desvalorización de la vida, deterioro de los valores).
Jesús expresa de manera drástica
que el Reino de Dios exige radicalidad y no se puede andar a medias tintas, por
eso usa las metáforas expresiva y radicales de cortar (manos y pie) y sacar
(ojos). Se indica de esta manera que las manos, los pies y los ojos están para construir
un mundo nuevo y no para hacer lo contrario. La mano que simboliza el trabajo
y la acogida con ellas hemos de bendecir
y curar. Los pies que simbolizan el caminar y el servicio deben de llevarnos a
los más necesitados. Los ojos que simbolizan las búsqueda de nuestras
aspiraciones debe expresan el amor y la ternura.
Finalmente que seamos gente
con sal – que tengamos duración y valor- que haga agradable la vida del
sencillo y el pequeño. Debemos de asegurar nuestra fidelidad a Jesucristo para
poder abrir caminos en el mundo.
¡Hasta pronto mis amigos y
amigas online!
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