martes, 25 de agosto de 2009

Oídme todos y entended

Texto
1 Se reúnen junto a él los fariseos, así como algunos escribas venidos de Jerusalén. 2 Y al ver que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas, 3 - es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos, 4 y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas -.

5 Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: "¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?"

6 El les dijo: "Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: = Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. 7 En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres. 8 Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres."

14 Llamó otra vez a la gente y les dijo: "Oídme todos y entended.

15 Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. 21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, 22 adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. 23 Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre."


REFLEXIÓN

Prácticamente tenemos varios versículos intercalados cuya temática es la controversia acerca del modo en que Jesús trata la impureza (Cf Mc 1,40-45; 5,21-43) y los asuntos sagrados de la ritualidad (Mc 2, 1-3,35). Toda esta controversia llega a un punto culminante que es el enfrentamiento con los fariseos acerca del lavarse las manos.

1 Se reúnen junto a él los fariseos, así como algunos escribas venidos de Jerusalén. 2 Y al ver que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas, 3 - es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos,4 y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas -.

Los fariseos se reúnen en torno a Jesús para evaluar sus enseñanzas y determinar si era un falso maestro, en una palabra un jurado inquisidor.

Este primer bloque de versículos que va del 1al 3 es una descripción, no de la doctrina de Jesús, sino de quienes son los fariseos, destacándose la escrupulosidad del lavado de manos, que dicho de sea paso no aparece en ninguna regla del Antiguo Testamento, lo más probable que fue por influencia de los griegos. Con estos versículos, el evangelista Marco ofrece un resumen de las costumbres de la práctica de la pureza judía. Los fariseos, tenían en alta estima sus tradiciones. El lavado no tenía carácter higiénico sino religioso.

5 Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: "¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?"

Los fariseos se dirigen a Jesús con esta pregunta por dos motivos; están escandalizados por la conducta de los discípulos y el responsable de la misma es Jesús, ya que han roto con la tradición de los mayores. La pregunta plantea la existencia de cosas de tradición que imposibilitan al hombre en su relación con Dios.

6 El les dijo: "Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. 7 En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres. 8 Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres."

Jesús va aprovechar la el momento para exponer la esencia de la moralidad del Reino de Dios, que en el fondo nos remite a la idea que se tenga de Dios.
Jesús cita al profeta Isaías 29,13, con esta cita declara a los fariseos que su aprecio y cuidado a las tradiciones de sus sabios y maestros, debilita el mensaje básico de Dios, dando entender que esas observancias no proceden ni significan nada ante Dios. La tradición humana carece de la autoridad divina, por tanto es incompatible con Dios.

14 Llamó otra vez a la gente y les dijo: "Oídme todos y entended.

La gente es el segundo grupo de seguidores y delante de ellos Jesús va anunciar un principio valido para todos. Este principio requiere ser oído y entendido, pero no a la luz de la tradición de los mayores sino a la luz del don de la vida.

15 Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. 21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, 22 adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. 23 Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre.”

Jesús expone el principio fundamental de la autentica ley dando a entender en el versículo 15: lo que separa al hombre de Dios no es del contacto con lo que venga de afuera, por todo a sido creado sagrado y bendecido por Dios. Solo es el hombre mismo quien puede romper con Dios, esto acontece a través de una conducta injusta que si hace profano al hombre con respecto a Dios y a los demás. Jesús remite a Dios por encima de las prescripciones de los hombres

La observancia de normas o de gestos religiosos, no son requisitos para llegar a Dios. Lo que sí es requisito son nuestras actitudes ante Dios y los hombres. El asunto no es el detalle del cumplimiento, sino la ética del corazón.

Estimad@ en resumen, Jesús hace una seria advertencia:
1.- Pretender ser de Dios, cuando en realidad se vive de cosas humanas no ayuda al crecimiento de la fe.
2.- Dar importancia a ritualismos mantiene el corazón alejado de la conversión.
3.- No podemos anteponer las necesidades primarias del hombre a las necesidades de cumplimientos que ocultan el rostro de Dios y se oprime la libertad minando los fundamento de una autentica moral.
4.- Es una falsa ilusión creer que vamos a levantar una nueva sociedad, si nadie está dispuesto a reconvertir el corazón.


Hemos de poner la mano en nuestro corazón y revisar nuestra práctica religiosa.

Ahí queda eso. Chauuuu

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EL RUIDO DE LA PALABRA

Toda reflexión es producto de la sonoridad de la palabra