La imagen de la sal y luz sirven para animar
a los discípulos en las persecuciones. Con gran fuerza y simplicidad Jesús está
afirmando que quienes viven las bienaventuranzas son la sal de la tierra y la
luz del mundo es decir el fermento de una nueva humanidad. El Reino de Dios no
puede ser ocultado por el miedo en la persecución sino que debe hacerse
presente con el testimonio de vida.
Con estas dos imágenes (Sal y Luz) la dimensión
misionera de la fe aparece sin timidez, porque es sentirse enviado. La fe es
sabor y luz para el mundo sin entrar en distinción. Siendo luz y sabor para la
vida somos signos del Reino de Dios, cada seguidor de Jesús es forma parte del “pueblo
mesiánico”.
En el signo de la sal en su función natural
es conservar los alimentos y dar sabor e incluso llego a servir como pago de
trabajo (sal= salario). Ser creyentes con sabor es que se tiene la misión de
conservar la vida, darle sentido a la vida y justo pago en derecho y justicia;
hay personas que no saben cómo experimentar y vivir la vida de manera fecunda
porque han perdido la capacidad del sabor del Espíritu del resucitado por sus vidas
han sido luz oculta que se ha apagado.
El signo de la luz tiene un inmenso significado
como experiencia de fe en las sagradas escrituras, pero la más clara es que Dios
es luz para su pueblo que se ha hecho hombre en la persona de Jesús.
Si podemos cambiar el mundo siendo luz y sal
tierra. No olvidemos que la luz necesita ser vista y la sal sentida, sino hay
nada esto ¿Qué hemos hecho de la misión que nos correspondía?
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