Cuando el evangelista Lucas
2,1-14 nos presenta el nacimiento de Jesús nos ofrece el misterio de la Buena
Noticia. Toda buena noticia es agradable, produce, paz, tranquiliza el presente
y llena de esperanza el mañana. En las palabra del ángel están cargadas de todo
lo anteriormente dicho, pero además acontecen dentro de la cotidianeidad de una
pareja de esposos un hombre preocupado por el parto y una mujer con dolor de
dar a luz, una nación dominada y subyugada por otra en la que debían someterse
al empadronamiento para poder así calcular el impuesto per cápita; y esta ley
obliga a esta pareja de esposos, ellos no están exentos del mandato del
empadronamiento, y para completar el cuadro pastores de ovejas que esperan al
amanecer su paga. Todo esto es normal.
La condición del nacimiento
de Jesús es precaria – en la actualidad nuestros pesebres son un lujo frente a
la ipsima verdad de sus nacimiento y hoy miles de niños nacen en ipsima extrema
pobreza de vida. Es un nacimiento a la intemperie al igual que los pastores
ejercen su trabajo en la noche para poder vivir. Desde la pobreza, Jesús abre
camino para enriquecernos con la vida.
Las palabras que más peso
tienen en el texto son PAZ y GLORIA, y son ofrecidas a unos marginados
sociales. La buena noticia no es un sueño, no es pesadilla, ni mucho menos
deseos frustrados. Es buena noticia porque tiene su origen en Dios y el hombre
es el destinatario. Las señales que ofrece esta buena noticia, es una señal
frágil basada también en lo cotidiano y en
lo normal de la vida: un niño envuelto en
pañales.
Dios no se pone al alcance
de los curiosos y lo extraordinario, por eso el nacimiento de Jesús dependerá
de los ojos con que se vea, no todos tendrán la capacidad de contemplar a este
niño que ha nacido. La señal se nos sigue ofreciendo no solo en niños envueltos
en pañales sino en niños famélicos, sin hogar, niños explotados, niños de la
basura, niños de la calle hoy son mal llamados niños de la patria. Y ya tenemos
los ojos cansados de ver esta realidad y no nos sentimos llamados ni tocados,
se busca alejar esta realidad. Nos consuela que la opción por los pobres de aquellos
hermanos (as) que si lo han demostrado; paz y gloria dio el Padre de las Casas,
Monseñor Oscar Romero, Monseñor Angeli, Santa Teresa de Calcuta... y las
pléyades de mártires del mundo, y los
que aún siguen dando ese ejemplo. Paz y Gloria a todos ellos y ellas que se
acercaron al Belén de la vida y captaron el signo de la cotidianidad de Dios. No
es difícil encontrar el niño Jesús, lo duro mantener el encuentro y hacerlo
punto de apoyo en la vida entera, porque con la Pascua de Resurrección no está
ya en el Belén sino en el mundo entero.
A la luz de lo dicho ¿Qué es
navidad?
Navidad es ponerse en
movimiento y seguir buscando por la señal que es la misma: Encontraran un niño
en pañales. La señal de Dios está en la penumbra de lo pequeño de lo que no tiene brillo, de
lo que se esconde a la mirada.
Navidad es tener corazón
estremecido porque solo la ternura humana y la esperanza nos indican quien es
este niño actualmente.
Navidad es poner los pies en
tierra y dejar el acomodo para salir al encuentro de lo que se ha perdido, en
una palabra es hacernos pastores.
Navidad es pedir a Dios que
fortalezca la fe para sobreponernos a los momentos duros de la vida y tener
mirada valiente en aceptar lo que se rechaza. En rigor navidad es una
encrucijada y un momento de decisión.
Feliz Navidad para los
rincones del mundo donde acampa de manera silenciosa la palabra echa carne que
busca ser recibida. AMEN
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