domingo, 18 de diciembre de 2016

4TO DOMINGO DE ADVIENTO DEL AÑO 2016

El evangelista Mateo nos presenta el testimonio no histórico sino de fe como fue formado Jesús presentando su dimensión salvífica y verdadero ser. Por otra parte Mateo tiene como base la referencia constante a las escrituras del Antiguo Testamento, la frase “todo sucedió para que se cumpliera…” busca subrayar que Jesús realiza las promesas de Dios que había prometido a su pueblo elegido.

El texto afirma que Jesús procede de Dios a través de la acción del Espíritu Santo en María y participación obediente de José. Las afirmaciones del texto: María estaba prometida con Jose, es decir la promesa casi definitiva de matrimonio. José es el hombre que ama y es obediente a la palabra. Porque ama no recurre al Dt. 22,13-22 porque ama aplica Dt. 24,1, por eso es un hombre justo, desde el amor descubre que hay un plan de Dios que le supera y no quiere ser obstáculo y no intenta ser protagonista, acepta el plan de Dios. José es el hombre que sabe caminar en el desconcierto.

Jesús según el relato no es solo hijo de Abraham y descendiente de David aunque este vinculando de manera legal según su genealogía (Cf. Mt 1,1-17)  por ser parte del pueblo elegido, él es hijo de Dios.

La acción del Espíritu Santo en María es principio de vida y nos muestra el origen divino de Jesús por eso su nombre -Jesús-  vinculado a lo divino significa Dios salva, siendo este una apretada síntesis del cual sería la misión de niño que nacería de María. En el nombre de Emmanuel se reafirma de manera total y segura que Dios se ha hecho cercano. En cada uno de nosotros Dios puede nacer y asi puede acontecer una verdadera navidad.

El gran desafío que tenemos los cristianos no es creer que Dios existe o imaginarlo de manera de manera misteriosa. Ser cristiano es descubrir con gozo que Dios está con nosotros, y si Jesús se ha hecho hombre en nuestra carne eso indica que en el hombre hay más cosas de dignas de admirar que de desprecio.

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EL RUIDO DE LA PALABRA

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