domingo, 22 de mayo de 2016

EL ESPIRITU DE LA VERDAD Jn 16,4-15


Tres puntos nos ofrece la palabra de Dios para meditar: 1) La necesidad de la ida de Jesús, 2) Respuesta del Espíritu a las persecuciones 3) Asistencia del Espíritu Santo en la misión.



1)      La necesidad de la ida de Jesús.  Se insiste en la necesidad de la marcha de Jesús  para comunicar el Espíritu Santo como prueba final del amor del Hijo y del Padre. El Espíritu va dar la posibilidad de amar como Jesús, y entender como ama el Padre. Con la ida de Jesús al Padre superaran las simples imágenes de un maestro, jefe y líder. El Espíritu hará que las palabras, la vida, el testimonio de Jesús sea fuente de interior de vida en cada creyente y discípulo.

2)      Respuesta del Espirita Santo a las persecuciones. El Espíritu es la fuerza de Dios, abre de nuevo el proceso para pronunciar sentencia contraria, es decir sentencia de vida, si un pueblo pidió crucifixión el padre dice VIDA y en ABUNDNCIA. Las persecuciones, que serán la perpetuación de la crucifixión de Jesús, no serán motivo de miedo o cobardía para el discípulo, ni mucho menos de culpabilidad.

3)      Asistencia del Espíritu Santo en la misión. Jesús a pesar que ha comunicado todo lo que ha oído del Padre, sin embargo llega a decir “mucho me queda por decirles pero no pueden con tanto ahora” (Cf Jn 16,12). Sera solo la experiencia de fe y vida que vaya colocando a la comunidad, a los discípulos y a la Iglesia delante de los nuevos hechos y circunstancias que ayuden a comprender la voluntad del Padre, la voz del Hijo y la fuerza del Espíritu Santo.



La asistencia de la Santísima Trinidad nos deja claro que todo el que hacer y ser de Jesús nos es una doctrina nueva, es más bien la revelación continua de su mensaje  bajo el inmenso amor del Padre y la interpretación del Espíritu en favor del ser humano.

Creer en la Santísima Trinidad es estar convencidos que el modelo y destino último de toda la vida es el amor compartido en comunidad. Cuando celebramos hoy la Santísima Trinidad descubrimos con alegría que la fuente de toda la vida humana es un Dios-Comunidad que comparte su gloria y se solidariza con el vida de todo hombre y mujer por somos su parte de su ser.

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EL RUIDO DE LA PALABRA

Toda reflexión es producto de la sonoridad de la palabra