El capítulo 13 del Evangelista Marco es lo que
se puede llamar el tiempo previo al
Reinado de Dios. Este tiempo está marcado por las últimas acciones del mal:
guerra, hambre, persecución, confusión absoluta. También de transformaciones cósmicas
(luna, estrellas, etc.) apuntan hacia el
futuro de la llegada del Reino de Dios.
Debemos tener claro que es una profunda exhortación
de cómo hay que vivir hoy, por eso el eje central es sobre el comportamiento y
no en lo que está por acontecer, que ya vendrá por sí solo, se puede decir que está
inscrito en la misma leyes de la naturaleza.
La gran tarea que se tiene para descubrir el
Reino de Dios que ya está en la historia y en las leyes de la naturaleza es de:
discernimiento frente al conflicto, esperanza frente a la llega del Hijo de
Dios y vigilancia frente al presente que nos toca vivir.
Cuando Jesús invita aprender de la higuera, nos
indica que no podemos dormirnos y desentendernos, solo así se puede vivir la
vida como regalo de Dios sin sentirnos extraños al Reino de Dios. En una
palabra es vivir con lucidez y despiertos.
Hoy muchos que esperan el fin del mundo y lo
imaginan de mil maneras, pero mientras ese fin lo soñamos con terror viviremos enfrentados
con el futuro, porque en el presente ya hemos anticipado más el infierno que la
gloria del Padre.
El cristiano, el católico y el creyente en
Jesús que no vive enfrentado con el futuro siempre vera la vida presente en
estado de gestación, donde la vida aun no es la plenitud total y final de Dios,
de ahí se entiende que siempre estarán en camino de transformación.
Tampoco escapamos de la curiosidad por saber de
ese futuro, Jesús no indico nunca ni fecha, ni hora, ni año, ni mes; solo así
se puede vivir el hoy, solo así surge la esperanza, solo así se fraga la
libertad y la ternura. No estamos en el pasillo de los condenados.
¡Hasta pronto mis amigos y amigas online!
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