viernes, 13 de noviembre de 2015

ANTES QUE PASE ESTA GENERACION TODO ESTO SUCEDERA MC, 13,24-32


El capítulo 13 del Evangelista Marco es lo que se puede llamar el tiempo previo  al Reinado de Dios. Este tiempo está marcado por las últimas acciones del mal: guerra, hambre, persecución, confusión absoluta. También de transformaciones cósmicas (luna, estrellas, etc.)  apuntan hacia el futuro de la llegada del Reino de Dios. 
Debemos tener claro que es una profunda exhortación de cómo hay que vivir hoy, por eso el eje central es sobre el comportamiento y no en lo que está por acontecer, que ya vendrá por sí solo, se puede decir que está inscrito en la misma leyes de la naturaleza.
La gran tarea que se tiene para descubrir el Reino de Dios que ya está en la historia y en las leyes de la naturaleza es de: discernimiento frente al conflicto, esperanza frente a la llega del Hijo de Dios y vigilancia frente al presente que nos toca vivir.
Cuando Jesús invita aprender de la higuera, nos indica que no podemos dormirnos y desentendernos, solo así se puede vivir la vida como regalo de Dios sin sentirnos extraños al Reino de Dios. En una palabra es vivir con lucidez y despiertos.
Hoy muchos que esperan el fin del mundo y lo imaginan de mil maneras, pero mientras ese fin lo soñamos con terror viviremos enfrentados con el futuro, porque en el presente ya hemos anticipado más el infierno que la gloria del Padre.
El cristiano, el católico y el creyente en Jesús que no vive enfrentado con el futuro siempre vera la vida presente en estado de gestación, donde la vida aun no es la plenitud total y final de Dios, de ahí se entiende que siempre estarán en camino de transformación.
Tampoco escapamos de la curiosidad por saber de ese futuro, Jesús no indico nunca ni fecha, ni hora, ni año, ni mes; solo así se puede vivir el hoy, solo así surge la esperanza, solo así se fraga la libertad y la ternura. No estamos en el pasillo de los condenados.
¡Hasta pronto mis amigos y amigas online!




No hay comentarios:

EL RUIDO DE LA PALABRA

Toda reflexión es producto de la sonoridad de la palabra