viernes, 23 de octubre de 2015

¿Qué quieres que haga por ti? Mc 10,46-52


Este relato es muy conmovedor y muy lleno de emociones. La ceguera era bastante frecuente para la época de Jesús. El origen de la ceguera se podía tener su origen por el polvo, la falta de higiene, el intenso resplandor de la luz solar y otros.
Jesús estuvo en contacto con mucha gente ciega, a varios de ellos curo. El ciego, más de una vez fueron expresión de la miseria, el desamparo y de la desesperanza. El único “oficio” que podían ejercer era ser mendigos.
Este acontecimiento está cerca del final del camino de Jesús antes de entrar a Jerusalén. La curación de Bartimeo es una crítica  abierta a los mismos discípulos que se han opuesto a Jesús cuando les hablaba  que va a dar la vida.
Bartimeo presenta unas características muy peculiares: es un hombre ciego, es incapaz de dar pasos (por eso está sentado), se encuentra al borde del camino (no hay una trayectoria de vida), su vida depende los demás (es mendigo), pero es un hombre que a pesar de todos estos límites tiene FE que le ayuda a reaccionar y ponerlo en camino para acercarse a Jesús. Bartimeo siente que Jesús no está lejos y pide a gritos su ayuda.
Jesús le hace la misma pregunta que le hizo a los hijos del Zebedeo: ¿Qué quieres haga por ti? La repuesta de ambos que distinta es. Los hijos del Zebedeo piden poder en cambio Bartimeo, cansado de estar a la orilla del camino, pide recobrar la vista para seguir a Jesús. El contraste es muy grande.
Bartimeo encarna el verdadero discípulo que está dispuesto a mantener el camino lleva el maestro. Bartimeo tuvo el valor de soltar su única riqueza el manto, que era menos de lo habían dejado los mismo discípulos. Es el hombre persistente que aunque lo mandan a callar para que no moleste, es capaz de gritar más duro para que sepa Jesús que él existe. 
A nosotros como católicos o cristiano este evangelio nos está interpelando seguir:

  1. Suplicando aunque no veamos
  2. Sobreponiéndonos al mal que busca a callar la voz.
  3. Acercándonos a Jesús desde nos encontremos y hacerlo con alegría y confianza.
  4. Expresando nuestra situación humana.
  5. A Jesús por el camino de la vida y la paz.
En Bartimeo descubrimos que los pobres no son simples objetos de favores o asistencia de caridad, ellos son sujetos de la justicia. Cuando piden justicia los pobres es porque ellos saben que es lo que más conviene, debemos aprender estar atentos a lo que sienten. Cuando los humilde piden no es limosna es vida, justicia y derecho.

Hasta la próxima mis amigos y amiga online.

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EL RUIDO DE LA PALABRA

Toda reflexión es producto de la sonoridad de la palabra