Jesús perece que nada ha conseguido con los
reiterados anuncios de su pasión y las distintas lecciones de vida que han
surgido de cara al servicio. Definitivamente los discípulos no han entendido
que significa el seguimiento ni mucho que es el camino de Jesús a Jerusalén,
porque la idea de un mesías triunfante sigue en la mentalidad y en sus
proyectos.
El corazón de los discípulos está tentado del egoísmo,
del deseo de poder y ambición. Situación de la que en nuestro tiempo no
escapamos aun dentro del ámbito eclesial, social o laboral.
Esta situación Jesús la corrige de dos maneras:
- Hace referencia a su muerte mediante los símbolos de beber el cáliz y ser bautizado con el dolor.
- Orienta en el abuso del poder que tienen los poderosos sobre los pueblos y sienta las bases de la comunidad que vive según los criterios del Reino de Dios.
Jesús es el primero en ser el servidor de todos
quien tenga un proyecto paralelo al suyo está en su contra, por eso hemos de
entender nuestro hacer en la vida como un servicio.
Lo más importante en la vida no es el éxito o
superar a los demás, lo verdadero es ser hermanos en servicio por los demás.
Muchos piensan que la vida, la libertad es dominar a los demás. La propuesta de
Jesús es clara el que quiera ser grande y el primero de todo tiene que
renunciar al deseo de poder sobre los demás y aprender a servir con amor
fraterno. El que sirve tiene una autoridad única, no manipula, no soborna, no
es adulador, no amenaza. El hombre y la mujer que sirven a sus hermanos tienen
una vida grande.
Hasta pronto amigos y amigas online.
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