viernes, 20 de noviembre de 2009

MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO

Jn 18,33-37

33 Entonces Pilato entró de nuevo al pretorio y llamó a Jesús y le dijo: "¿Eres tú el Rey de los judíos?"

34 Respondió Jesús: "¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí?"

35 Pilato respondió: "¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?"

36 Respondió Jesús: "Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí."

37 Entonces Pilato le dijo: "¿Luego tú eres Rey?" Respondió Jesús: "Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz."


REFLEXION.
33 Entonces Pilato entró de nuevo al pretorio y llamó a Jesús y le dijo: "¿Eres tú el Rey de los judíos?"

Jesús ha sido detenido como el “nazareno” (Jn 18,5.7), es decir aquel que pretende ocupar el trono de David. Pilato no le pregunta si es el “rey de Israel” sino el “el rey de los judíos” y así su pregunta tiene implicaciones mesiánicas.

34 Respondió Jesús: "¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí?"
Jesús le responde con otra pregunta para ver para ver si Pilatos actúa por propio criterio o por influencia de los otros y así reconsidere desde donde él es juez.

35 Pilato respondió: "¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?"
Es evidente el contrapunteo de pregunta, pero esta vez Pilato no quiere reconocer que está siendo presionado por los judíos. Primero niega que esta situación no le afecta porque él no es judíos y seguidamente rechaza toda responsabilidad indicando que son otros los acusadores, por tanto la situación no fue originada por él.

A través de estas preguntas el evangelista pone de relieve la responsabilidad no sobre Pilato, sino sobre los sumos sacerdotes

Otra pregunta “¿Qué has hecho?” El asunto de la realeza de Jesús pasa ser asunto interno de los judíos. Ahora con esta pregunta ya no le interesan los títulos sino actividad que ha realizado Jesús


36 Respondió Jesús: "Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí."

A la segunda pregunta Jesús no la responde pero si la primera donde afirma su dignidad de rey, donde su realeza no se apoya en la fuerza. Jesús no busca ocupar el trono terreno de Israel, humanamente hablando Jesús no es rival para el emperador.

Para Jesús la violencia de los reyes de este mundo engendra injusticia, y precisamente por eso su realeza no es de este mundo, no es un rey como los de este mundo. El poder la realeza de Jesús no está legitimado por la injusticia de este mundo, su única legitimación es el Padre.

37 Entonces Pilato le dijo: "¿Luego tú eres Rey?" Respondió Jesús: "Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz."

La respuesta de Jesús desconcierta a Pilato, ya que no puede entender que siendo rey no tenga poder en este mundo, un reino que no usa la fuerza para imponer su derecho.

En esta segunda pregunta de Pilato (¿eres tú rey?), Jesús nuevamente afirma su condición pero no añade “de los judíos”, porque su reinado abarca a toda la humanidad, y su presencia en este mundo (palabra, obras, milagros etc.…) encamina este mundo hacia su reino y asa dar plenitud a todo el hombre.

La realeza de Jesús responde al proyecto de Dios, no al interés de restauración política de los judíos o de dominio y sometimiento de los romanos. El proyecto de Dios en el reinado de Jesús es defender al pueblo, impartir justicia y defender al débil.

La realeza de Jesús en los evangelios aparece: curando enfermos, expulsando demonios, practica de servicio, alimentando al pobre… así la realeza de Jesús es totalmente distinta a los valores de este mundo, su reino es ejerciéndolo de manera opuesta a los poderes de este mundo.

Tengamos sumo cuidado al interpretar la frase: Mi reino no es de este mundo. Se puede llegar a pensar de una manera espiritualista, que Dios no se compromete con asuntos políticos, sociales, económicos y religiosos de este mundo y por tanto el cristiano o la Iglesia no debe inmiscuirse en política, economía, etc… Lo que nos invita a tener muy presente con esta afirmación es ruptura entre la dominación y servicio. Servir para no dominar sino para dar vida. Por otro lado es una advertencia de que el reino de Dios y la realeza de Jesús no se fortalecen con el poder y el dominio, sino con el servir.

Su santidad el Papa Juan Pablo II (muy pronto santo de nuestra Iglesia), dijo una vez a los Obispos de España: “Donde esté el hombre padeciendo dolor, injusticia, pobreza o violencia, allí debe estar la voz de la Iglesia con su vigilante caridad y con la acción de los cristianos”

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