viernes, 4 de septiembre de 2009

EFFATA

Texto. Mc 7,31-37.

31 Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis.

32 Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. 33 El, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua.

34 Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: "Effatá", que quiere decir: "¡Abrete!"

35 Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente.
36 Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. 37 Y se maravillaban sobremanera y decían "Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos."


Reflexión.

31 Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis.

El v 31 es una todo una descripción de la geografía y del itinerario de que Jesús hacia en ese momento. Veamos un poco de estos dos lugares.

Tiro era la ciudad más importante en Fenicia. Ahora tiene el nombre del Sur. Estaba a unos 33 Kms. al sur de Sidón. Alrededor de ella había un llano muy fértil. Tenía dos puertos, uno hacia el norte y otro hacia el sur, que estaban conectados por un canal. Por mucho tiempo estuvo subordinada a Sidón, hasta que los filisteos conquistaron Sidón en el siglo XII a. de J.C. Era una ciudad muy rica y tenía un comercio muy extenso. La gente era muy atrevida y conocía mucho de la geografía del mundo. Aceptó el cristianismo y para el Siglo II d. de J.C. fue el asiento de un obispado, y el escenario de un sinnúmero de concilios como el que consideró las acusaciones en contra de Atanasio en el Siglo IV. Más tarde vino a ser ofensiva para los cristianos, por cierta filosofía anti-cristiana que se encontraba en esa ciudad. Pero aun en tiempo de las cruzadas era de importancia. En la actualidad Tiro es un pueblecito de 9.500 personas; muy pobre, con calles angostas y casas en ruinas. La mayor parte de sus habitantes son musulmanes; hay pocos cristianos latinos y católicos unidos, y unos pocos judíos. Fue asignada a la tribu de Aser, pero nunca fue ocupada, Josué 19, 29. Su destrucción fue profetizada, Isaías 23; Jeremías 25,22; 47,4 ; Ezequiel 26-28; Amós. 9; Zacarías 9,1-7; Joel 3,4

En cuanto a Sidón, ahora llamado Saida, probablemente significa fortificado. Es una de las ciudades fenicias más. No se sabe cuándo fue fundada. Sidón estaba más avanzada en asuntos marítimos que cualquier otra ciudad antigua. Sus marineros fueron los primeros en ir más allá de donde se podía divisar tierra, y de navegar de noche en alta mar, guiándose solo por las estrellas. Muy pronto la ciudad se hizo famosa por sus manufacturas y por la destreza de sus obreros. Eran expertos en el labrado de madera (1 Reyes 5:6). La belleza de sus trabajos en plata y bronce y de sus telas tejidas, bordadas y teñidas en la famosa tinta púrpura de Tiro, que tuvo su origen en Sidón, se conocía por todas partes, y muchas veces fueron mencionadas por escritores griegos de renombre como Homero. Durante el tiempo de Augusto y Tiberio era conocido por su escuela de filosofía y por la gran escuela de leyes que se estableció allí en 551 a. de J.C. Fue también de mucha importancia durante las cruzadas. Hoy día tiene una población de 36.000, pero no es una ciudad de mucha importancia. Manufacturan un vidrio de excelente calidad, hecho de una arena muy fina traída de la costa cerca del monte Carmelo. Por su lado terrestre y particularmente por el lado norte está cercada por exuberantes huertos y jardines donde se producen naranjas, limones, almendras, albaricoques, plátanos y palmeras. Se predice su destrucción, Isaías 23; Jeremías 25,22; 27,3; 47,4.l

32 Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. 33 El, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua.

Los sordomudos curiosamente estaban protegido bajo ley judía de la época, y se les clasificaba entre los menores e imbéciles pero no escapaban de ser unos castigados por Dios.

El signo de la saliva (ptusma en griego) que también aparece en otro milagro en este mismo evangelio de Mc (cf. 8, 22-23) y en Jn 9,6., es posible que signifique el medio de salud y el habla, para este enfermo, y así entienda a través de este gesto, lo que Jesús está por hacer en él; ya que solo este gesto era podía ver y entender que algo el maestro iba hacer por él. Para el mundo judío la saliva significaba aliento de vida condensado. Es decir, abundante vida que se da a raudales y sin mezquindad.

El sordomudo (cf. Is 35,6) no se acerca a Jesús por iniciativa propia, son personas anónimas o familiares que quienes lo acercan al maestro. Por otro lado la sordera no es solo la enfermedad de este hombre, es también la resistencia a creer del pueblo y de aquellos que lo siguen.

El verbo rogar o suplicar (parakaleo en griego), que significa llamar al lado de uno, y de ahí llamar en auxilio de uno. Es decir, es una súplica que invita a escuchar a Jesús la palabra silente de un hombre. Es tan silenciosa la petición que los anónimos o familiares no piden que lo cure, sino que toque, es decir que le dé fuerza vital, vida abundante. Este gesto bastaría para cambiar la situación.

Jesús para poder actuar lo separa de la gente e incluso de los que hacen la petición. La acción de Jesús se en marca en dos momentos en meter los dedos en los oídos y en tocar la lengua. En estos dos gesto se condensa un kerigma: transmisión del espíritu en la saliva y compresión del mensaje de Jesús al tocar los oídos.


34 Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: "Effatá", que quiere decir: "¡Abrete!"

Además del gesto tocar, Jesús le habla en la lengua materna de su pueblo arameo. La primera palabra que llega escuchar es en la lengua de sus padres.

El gesto de Jesús está cargado de una profunda oración dirigida al Padre, por eso sus ojos miran al cielo, no al vacio sino a la mirada de Dios. ¡Qué sublime! Padre e Hijo se encuentran en un mismo gesto, y es el de dar vida. Esta palabra de Jesús será una invitación y un llamado a tomar conciencia: ABRETE.

La palabra de Jesús (Ábrete: dianoigo), es una orden que deberá surtir efecto en el oír y en el hablar del sordomudo.


35 Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente.

Se describe la curación por el efecto de la palabra de Jesús. Con esta descripción también se quiere dar a entender que el hombre y la mujer pueden abrirse a la gracia y cambiar.

36 Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. 37 Y se maravillaban sobremanera y decían "Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos."

Jesús no busca la popularidad, ni mucho menos que lo vean como un curandero famoso. Pero la gente estalla de alegría “todo lo ha hecho bien”; en esta afirmación se reconoce que Dios en su hijo lo hecho todo bien (cf. Gn 1,31) y el jubilo que se hizo sentir lo reafirma el profeta Isaías 35,5-6: “Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos se abrirán. Entonces saltará el cojo como ciervo, y la lengua del mudo lanzará gritos de júbilo”. Jesús ha logrado llegar al corazón de los gentiles.

Estimado lector o lectora, es verdad que la soledad se convertido es uno de los grandes problemas de nuestra época, y la soledad nace porque ya hemos dejado de acercarnos, no somos conocidos, ni vecinos, simplemente nos desconocemos. Muchas personas sienten esta soledad que se traduce por incomunicación y aislamiento. Resultado somos una sociedad de sordomudos, donde nadie oye y donde nadie dice nada.

Nuestra sordera y mudes nos aleja del misterio de la vida que Dios nos ofrece. El gesto de Jesús no grita que nos abramos a la vida, eso exige escuchar su llamado. Si por el camino que vamos, no vamos a convertir en un pueblo que no tiene profecía, es decir sin voz. La palabra escuchada genera fraternidad y el gesto hablado apertura, si perdemos esto perdemos la voz.

A la luz de este evangelio de Mc 7,31-37, necesitamos tomar conciencia de nuestra sordera y mudez, para lograr ser oyentes de la palabra y acogerla como buena noticia. ABRETE

Hasta la próxima.

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Toda reflexión es producto de la sonoridad de la palabra